Renata Scotto - Voces del Ayer

Intenso y apasionante. Así es la música de la Scotto. Y afirmamos que aún es así, porque, a pesar que la prestigiosa soprano se ha despedido de los principales anfiteatros, su música sigue retumbando en nuestros corazones. Aquí el especial de una diva. La Scotto convence.
O mio babbino caro - Gianni Schicchi
La soprano Renata Scotto (Savona, 24 de febrero de 1934), una de las más destacadas sopranos lírico-spinto italianas de posguerra es valorada por su inteligencia interpretativa, autoridad estilística y dotes histriónicas enfatizadas en la rigurosidad y fidelidad hacia texto y partitura. Pertenece al distinguido grupo de sopranos pioneras en la revalorización del estilo belcantista romantico en la ultima mitad del siglo XX.
Desde 1987 incursiona como directora de escena en ópera y desde su retiro como cantante es asimismo requerida como maestra de canto con puestos académicos en la Academia Nacional de Santa Cecilia en Roma y en la Juilliard School de Nueva York.
Libiamo - La Traviata / Escena 1
Inicios
Nacida en Savona, Liguria, Italia hace un temprano debut en la noche de Navidad de 1952 a los 18 años, en el Teatro Nuovo de Milán, como Violetta Valéry en La Traviata de Verdi.
Formada bajo la tutela de directores pertenecientes a la tradición musical italiana de la época (Tullio Serafin, Gianandrea Gavazzeni, Antonino Votto, Francesco Molinari-Pradelli, Nino Sanzogno y Vittorio Gui), integra el grupo de cantantes (Joan Sutherland, Montserrat Caballé, Beverly Sills, Leyla Gencer, Mirella Freni, Marilyn Horne, etc) que continuaron la revalorización del bel canto - Bellini, Rossini y Donizetti - iniciada a principios de la década del cincuenta por Maria Callas y que también propiciara una novedosa aproximación en la interpretación del verismo italiano (Mascagni, Leoncavallo, Puccini, Ponchielli, etc)

Quando m' en vo' - La Boheme
En 1953, Scotto audiciona en La Scala para el rol de Walter de la ópera La Wally de Alfredo Catalani, junto a Renata Tebaldi y Mario del Monaco. Luego de la prueba, se oyó decir a uno de los jueces, el famoso director Víctor de Sabata, "Olvídense de las demás". La Wally se estrenó el 7 de diciembre de 1953 y Scotto fue llamada a saludar a escena quince veces.
Consagración
Su consagración internacional llegó el 3 de septiembre de 1957 en el Festival de Edimburgo. La compañía de La Scala presentaba La sonnambula de Bellini, con Maria Callas como Amina. La producción de Luchino Visconti tuvo tanto éxito que La Scala decidió agregar una función, pero Callas decidió no participar debido a compromisos previos. Con sólo dos días de preparación, la joven Scotto la sustituyó con tal éxito que se convirtió en una celebridad internacional de la noche a la mañana.
Si mi chiamano Mimì - La Boheme
En 1964, obtiene otro triunfo, es en el Teatro Colón de Buenos Aires como Cio-Cio-San en Madama Butterfly de Puccini con el tenor George Shirley, de la cual existe una versión pirata en CDs. Retornará al Teatro Colón en 1967 como Gilda en Rigoletto junto al barítono Cornell MacNeil y el tenor Richard Tucker y en 1971 como Giulietta de I Capuleti e i Montecchi de Bellini dirigida por Margarita Wallmann pero, será su extraordinaria identificación con la criatura de Puccini la que le abrirá las puertas de otras audiencias y motivará dos importantes grabaciones comerciales, la primera (1966) dirigida por John Barbirolli - considerada por la crítica especializada como la versión de referencia - y una segunda (1978) por Lorin Maazel con Plácido Domingo, tenor con el cual compartiría una larga y fructífera asociación artística.
Su debut americano fue en la Ópera Lírica de Chicago como Mimi de La Boheme en 1960. El 13 de octubre de 1965, Scotto se presenta por primera vez en el Metropolitan Opera como Madama Butterfly recibiendo una clamorosa acogida por parte de público y crítica. En el nuevo MET, Scotto obtiene otro resonante suceso como Elena en I vespri siciliani; se establece en Nueva York para cantar con la compañía metropolitana un total de 26 personajes en 316 representaciones entre 1965 y 1987. En 1977, junto a Luciano Pavarotti, como Mimi comparte la primera televisación nacional de una ópera desde ese escenario, La Boheme de Puccini y en 1982 será Musetta en el telecast metropolitano de la producción de Franco Zeffirelli.
Sola Perduta Abbandonata - Giacomo Puccini
Junto a Domingo en las transmisiones televisivas desde el teatro de Manon Lescaut de Puccini (dirigida por James Levine en la producción de Menotti) y Luisa Miller, Otello junto a Jon Vickers, Don Carlo de Verdi, el Il Trittico pucciniano interpretando los tres papeles femeninos (Giorgetta en Il Tabarro, Lauretta en Gianni Schicchi y una memorable Suor Angelica) y Francesca da Rimini de Ricardo Zandonai que el teatro revivió especialmente para ella en 1984. Scotto se despidió del escenario del MET el 17 de enero de 1987 en el mismo personaje de su debut, Madama Butterfly donde por primera vez además asumió la responsabilidad como directora de escena.
Su paso de soprano lírica a soprano lírico-dramática le valió detractores y su primera Norma de Bellini en el Metropolitan Opera en 1981 tuvo hostil recepción. El éxito llegó en las subsiguientes representaciones a las que se sumaron actuaciones en Florencia, Houston y un registro en estudios acompañada por la mezzosoprano Tatiana Troyanos, dirigido por James Levine. Bajo las órdenes de Riccardo Muti, la Scotto fue Lady Macbeth de Macbeth (Verdi) en el Royal Opera House Covent Garden junto a Renato Bruson y en la controvertida producción de Peter Hall para el Metropolitan Opera de 1982 con Sherrill Milnes dirigidos por James Levine.
Un di felice,esterea mi balenaste innante - La Traviata
Fue muy apreciada como Vitellia en La clemenza di Tito (Mozart) en la producción de Jean-Pierre Ponnelle y aunque nunca cantó en escena Abigail de Nabucco y Santuzza de Cavalleria Rusticana las grabó dirigidas por Muti y Levine respectivamente. Con estos directores graba I Pagliacci junto a José Carreras; Tosca, Adriana Lecouvreur, Andrea Chénier, Desdemona en Otello junto a Plácido Domingo y segundas versiones de La Boheme y La Traviata acompañada por el tenor canario Alfredo Kraus, con quien compartieron la ilustre maestra de canto catalana Mercedes Llopart.
Otras incursiones en el repertorio incluyeron La Gioconda de Ponchielli, El profeta de Giacomo Meyerbeer, Anna Bolena de Donizetti, Un ballo in maschera y Il Trovatore de Verdi, Cecilia de Licinio Refice y grabaciones completas de Il segreto di Susanna de Ermanno Wolf-Ferrari; Edgar, Le Villi y Il Trittico de Puccini con Lorin Maazel, la integral de canciones de Verdi e Il tramonto de Ottorino Respighi con el Tokyo String Quartet.
Escrito por: Oye Juanjo


La música es el corazón de la vida. Por ella habla el amor; sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso.

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